10.09.2009

Miradas

Te miro, me miras, y los dos aún nos reímos, después de todo lo vivido, aún no hay quien nos quite el nerviosismo del absurdo, la tontería, el escalofrío cuando pasas las yemas de los dedos por mi rodilla, mirando su recorrido, con la sonrisa de medio lado, y sabiendo que te estoy mirando, pero bajando los ojos.

Todas las noches empiezan con un beso, y ojalá que no se acabe, ojalá que todas las noches sean noches de primeros besos, y de segundos, y de terceros, y de penúltimos, siempre de penúltimos.

Porque la falsa inocencia no dura para siempre, porque la meta ha sido flanqueada demasiadas veces, porque el camino está gastado de ser recorrido, y aún así, por fortuna, por casualidad, por tí, o por mí, aún dudamos, aún no somos capaces de lanzarnos a correr, de girar en cada esquina, de tocar cada centímetro con los ojos cerrados, con la seguridad de conocerlo, con la tranquilidad del que tiene todo el tiempo del mundo, con el calor que nos recorre el cuerpo cuando estamos juntos, con la atracción magnética que no se puede negar cuando estamos separados.
Alguien tiene que acercarse, alguien tiene que romper la lámina de tranquilidad, el silencio cortante de estos momentos, la certidumbre de lo que va a pasar, con el nerviosismo de lo incierto.

Quiero sentirte, parece que lleve una vida sin sentirte, da igual que hayan pasado tres meses, tres semanas, tres minutos, quiero sentirte, quiero que me aprietes la rodilla, que se rompa el silencio con un suspiro de desesperación, que nos lancemos, el uno encima del otro, que no seamos capaces de aguantarlo, quiero que me cubras por completo, sentir tu cuerpo contra el mío, arrancarnos la ropa a tirones, entre besos frenéticos, nunca suficientes, y que nos movamos, juntos, como ya sabemos, en esa danza que parece tan extraña antes de empezada, y que luego se baila con los ojos cerrados.

Quiero volar, que me lleves, verte reír, suspirar, soplar, aguantar cuando no puedas más, y dejarte llevar, dejarte ir, dejarte sentir, dejarte querer...
Pero te miro, me miras, y los dos aún nos reímos, después de todo lo vivido aún... aún...